Historias de la Nave / Transmisiones Orales de Mitos y Leyendas de la Fábrica
Basado en Hechos Reales

El título de esta historia hace referencia a un lugar en común, a un concepto creado por un veterano residente que, además de entusiasta, vibra literalmente con el lenguaje universal: la música. Y es que, desde los inicios de la colonización progresiva de los infinitos espacios de la fábrica, la música siempre ha sido protagonista.

Desde sesiones aleatorias de algún DJ residente emocionado tocando para sí mismo a todo volumen, hasta los bucles infinitos de producciones de Hip Hop que atraviesan toda la estructura de la nave con sus frecuencias graves.

Esta pasión por la música ha permitido la unión y el encuentro entre muchos de los que estamos aquí. También ha atraído a amigos, y amigos de amigos, a participar en las innumerables Jams que han tenido lugar en la fábrica.
Desde jams íntimas y de tranquis en un pequeño rincón de la nave, hasta masivas o icónicas, como el concierto de cinco minutos en el terrado (interrumpido por fuerzas policiales, claro está)

Aunque estas jams pueden ocurrir en cualquier momento y lugar de la nave, se puede decir que ha habido dos grandes oleadas de jams.

La primera podemos situarla a mediados del año 2010, cuando se instauró que cada lunes se repetiría el evento con quienes quisieran asistir, y que se prolongarían hasta altas horas de la madrugada.
Y así fue… Lunes tras lunes, inviernos, veranos y navidades incluidas –las navijams–, durante un poco más de tres años, hasta que, en algún punto del 2013, se diluyó orgánicamente. Intuyo que porque era necesario descansar un poco y recuperar el sueño perdido…

Si bien nunca se detuvo del todo la música, una segunda oleada comenzó hacia el 2016. Fue un relevo más tranquilo, pero no por eso menos concurrido y organizado. Se instauró un encuentro mensual donde dar rienda suelta a la espontaneidad creativa, sin prejuicios, donde músicos y no músicos pudieran dialogar sin palabras (aunque algunos ruidos sean difíciles de calificar como diálogo).

Esta oleada sigue vigente hasta el día de hoy y es siempre esperada con ansias, y con angustia cuando hay un mes en donde no ha podido producirse. Siempre recibiendo nuevos rostros al mismo tiempo que a las viejas glorias y esperando atentamente a ver si para la próxima, esta vez, sí que se apunta Manu Chao.

Fin.